CRIA
DEL GIBOSO O DEL GIRALDILLO
La adecuada selección de
los reproductores es una premisa fundamental para tener éxito en la cría. Quien
empareja indiscriminadamente, sin tener
en cuenta las características principales de la pareja, podrá tener de casualidad
ejemplares de valía. Nunca se podrá formar una estirpe o plantel de alto valor,
si el criador no lleva a cabo un juicioso proceso selectivo basado en las
características fundamentales de la raza.
Un inexperto puede creer que el
emparejamiento ideal es el que está formado por una pareja de canarios
estéticamente perfectos y que responden muy bien a las características del
estándar, pero se ha comprobado que los mejores ejemplares de exposición solo
trasmiten a sus hijos una parte de sus cualidades y muchos defectos,
genéticamente latentes, si no provienen
de un criadero seleccionado durante bastante tiempo.
Es obvio que para producir Gibosos o
Giraldillos excelentes es necesario poseer progenitores de alta calidad, con
unos buenos ascendentes (buena genealogía) y dotados de la mejor expresión en
su posición y en su comportamiento nervioso. Es muy importante analizar cuáles
son los aspectos positivos y negativos de cada uno de los miembros de la
posible pareja con el fin de determinar correctamente los ejemplares a acoplar.
Para llegar a tener un criadero o
estirpe homogénea hay que recorrer un largo camino y tener en cuenta varios
puntos importantes.
La elección
de los reproductores se debe hacer teniendo presente la norma común a todas las
otras razas de canarios, según la cual no se debe nunca acoplar dos intensos
porque los hijos degeneran y presentan un plumaje escasísimo y una estructura
corpórea imperfecta y retraso en el crecimiento. En estas dos razas no cabe
hablar de intensos y nevados de la misma manera que se habla de otras razas; de lo que cabe hablar con más propiedad es de canarios de color intenso con
plumaje más o menos largo. El cruce que se debe hacer es el de canarios con diferente
longitud de plumaje (uno más largo con otro más corto), nunca el de dos
canarios con el plumaje muy corto, pues esto equivaldría a echar dos canarios
intensos entre sí.
El emparejamiento de dos nevados (dos
ejemplares de plumaje largo) es desaconsejable por las razones opuestas. Los
hijos tienden a un desarrollo corpóreo superior al del estándar en el
Giraldillo y a un plumaje largo y espeso.
Lo ideal para un acoplamiento racional
es unir un intenso y un nevado. Hay criadores que no están de acuerdo con este
consejo y acoplan intenso X intenso y reservándose los machos (¿por qué?) con
los que podrán obtener, echándolos con hembras nevadas, buenos intensos
privados de defectos.
Una hembra que tienda a tener un plumaje
abundante hay que emparejarla con un macho, posiblemente pintado, de lipocromo
muy intenso y plumaje más corto.
Un canario con rizos abundantes (o muy
escasos) en uno o ambos flancos, encuentra su mejor compañero en otro que tenga
las características perfectas, nunca las características opuestas que serían
defectuosas, ya que entonces acumularíamos dos defectos en la dotación genética
de nuestros pájaros.
Este es, brevemente, el secreto para producir
buenos canarios de exposición. Pero esto no basta, es necesario constancia y
perseverancia para obtener un grupo de individuos que a su vez puedan perpetuar
en sus hijos las buenas cualidades.
Ya que la uniformidad del color no tiene
ninguna importancia en estas razas, es bueno criar algunos buenos pintados que
servirán para darnos buenos ejemplares de color uniforme.
Un
ejemplar de cuello corto hay que echarlo con otro de cuello larguísimo.
La falta en un rizo (poco volumen, mala
dirección, etc.) será corregida emparejándolo con otro ejemplar que tenga
perfecta esa característica.
La escasa rigidez de las patas puede ser
mejorada con otro ejemplar que tenga que tenga las patas perfectamente. Algunos
criadores emparejan un pájaro que tiene las patas poco rígidas con otro que
tenga el defecto opuesto (que tenga las
patas plegadas hacia delante). Esta práctica la considero errónea pues
introducimos en nuestro criadero genes defectuosos que impulsan a los canarios
a tener una posición inadecuada, bien en un sentido o en otro.
El comienzo de la cría no tiene una
fecha fija por cuanto el tiempo puede ser variable. Es un error forzar la cría
subiendo la temperatura y la luz artificialmente.
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