EL PLUMAJE DEL GIBOSO, DEL GIBBER Y DEL
GIRALDILLO
Para poder mantener las características
peculiares de estas tres razas de canarios se debe trabajar siempre en
consanguinidad, realizando cruzamientos
de intenso X intenso o como mucho intenso X semintenso o
seminevado. Con estos acoplamientos obtendremos sujetos con plumaje áspero y
pobre de plumas con las partes desnudas exigidas por el estándar. Este procedimiento puede presentar
inconvenientes porque a largo plazo la repetida consanguinidad puede
evidenciar genes letales o subletales ocultos, empobreciendo el patrimonio
genético. Por tal razón es conveniente introducir sangre nueva echando un
ejemplar nevado de una línea de sangre que pertenezca al propio criadero, y
nunca a criaderos desconocidos o extraños.
Los planteles seleccionados torpemente nos
proporcionarán reproductores poco fértiles e incapaces de criar a sus pequeños
aunque sean ejemplares de tamaño grande y ricos de plumaje. Según la moderna
genética y según la experiencia práctica, el factor “intenso” del color es un
carácter dominante, y acoplando intenso X intenso, según las leyes de Mendel,
obtendremos 50% de intensos, 25% de nevados y 25% de ejemplares subletales (no
viables). En este escenario el criador se quedará con algunos intensos y algún nevado.
Para la formación de las parejas se deben
utilizar preferentemente Amarillo X Verde; Pintado X Pintado, pero queda claro
que hay que analizar cada caso particularmente, pues también entran otros
factores en consideración. En la cría de
estas razas, como primera cosa, se deben seleccionar ejemplares de pluma corta.
Entre estos sujetos se deberá disponer de machos de fuerte intensidad de color,
por lo tanto con pluma estrecha, y hembras que tengan un cierto grado de
nevado.
Teóricamente, como la intensidad de color es de carácter
dominante y el ejemplar fuertemente intenso está considerado parcialmente
heterocigoto, de una pareja de intensos se deberían obtener el 50% de intensos,
el 25% de nevados y el 25% de no viables… prácticamente
escogiendo una pareja de intensos se corre el riesgo de tener un número muy
elevado de hijos defectuosos… sin embargo, como el carácter intenso es aditivo
y con tendencia a la dominancia, sacaremos también magníficos ejemplares pero
en número muy reducido. Si la hembra tiene el grado justo de nevado, la mayoría
de los hijos tendrán una perfecta salud y un número de magníficos ejemplares
que no será menor que si en la pareja ambos reproductores son intensos; de ahí
la importancia de tener un número adecuado de semintensos o seminevados. La cría de estas razas para obtener
ejemplares de competición se debe hacer en el filo de la degeneración y por
esto “no es pan para todos los dientes”
Agregaremos algo sobre la correcta elección del
tipo de plumaje. Es bien sabido desde
hace tiempo que en la composición de la pareja la compensación del grado de
intensidad o nevazón del plumaje, o de cualquier otra característica, son premisas
indispensables para obtener hijos conforme al estándar. Tales compensaciones poco o nada tienen que ver con la selección.
No
se trata, de hecho, de excluir unos genes (más preciso sería hablar de los
alelos), prefiriendo otros; se
trata, de conservarlos para poderlos combinar en el porcentaje más oportuno
para obtener genotipos conforme al estándar. Tanto es así, que si hacemos una
escala de 5 valores: muy nevado, nevado, seminevado o semintenso, intenso, muy
intenso, expresados con valores numéricos progresivos (1, 2, 3, 4, 5) y deseando
obtener plumaje preferentemente intermedio, es prácticamente indiferente cruzar
1 + 5, 2 + 4, 3 + 3, que a fin de cuentas dan siempre 6/2 = 3. Naturalmente el
valor medio 3 no es representativo de ningún caso singular, pero es la media de
todos los hermanos según la curva de variabilidad.
La verdadera y propia selección sería si
hacemos durante varias generaciones los emparejamientos 1 + 1 o 5 + 5, porque en tal caso,
eliminaremos del patrimonio genético una parte siempre mayor de alelos (¡poligenes!) portadores respectivamente del carácter
intenso o nevado.
Como ya es sabido, el acoplamiento 4 X 4 o 4 X
5 se hace normalmente en el Giboso, el Gibber y el Giraldino, y mantiene de
forma estable estas Razas con un grado de fuerte intensidad en el plumaje, pero
no como para favorecer ciertas taras si hiciésemos el acoplamiento 5 X 5.
En otras palabras, en algunas razas el
nacimiento de ejemplares excesivamente intensos o nevados no es tanto un error
selectivo como un error en la composición de las parejas, de tal modo que uno
continuada composición mejor de las parejas lleva a una rápida regeneración de
los ejemplares conforme al estándar.
Este
concepto se ejemplifica en la siguiente figura en la que viene representada, para los canarios de cualquiera de las razas
de las que estamos hablándola, la
diferencia porcentual que hay en una población (un criadero de cierta magnitud)
de genes aditivos responsables de la intensidad del plumaje.
El preferido, el mejor, el recomendado cuando
es posible obtener sujetos con un grado de intensidad superior al valor 80 (que ya es mucho)
significa continuar la selección de estas razas con el fin de mantenerlo
establemente con sus características. Pero una selección de tal género provoca
el nacimiento de ejemplares defectuosos e indeseables no viables y hay que
disminuir el grado de intensidad del plumaje, y
hacer acoplamientos de ejemplares menos intensos, por ejemplo 70 X 90,
80 X 80, 60 X 80 no es seleccionar, es simplemente hacer emparejamientos de
compensación.
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